En esta representación de Pompeo Batoni,vemos a Hércules en la encrucijada entre dos diosas,por un lado Venus y por el otro Minerva.Cada una representa opciones muy diferentes;Venus seria el camino más fácil y placentero,mientras que Minerva seria el camino del esfuerzo y el sacrificio.
Meditando sobre esta pintura,recordé el Análisis Transaccional(Eric Berne),en el que se habla de que todos tenemos un niño,un padre y un adulto interior.El niño son nuestras tendencias naturales y espontáneas,el padre los deberes y obligaciones y por último el adulto, que viene a ser la experiencia y conocimientos acumulados a lo largo de nuestra vida.
Muchos de los conflictos provienen de nuestro propio dialogo interno(padre-niño) que cristalizan cuando nos vemos en situaciones en las que, lo que debemos hacer no es lo que queremos o lo que queremos no se corresponde con lo que debemos. Aquí es donde el Adulto interviene y considerando las posturas de ambas partes,aporta una tercera opción pacificadora.El Adulto ha de ser objetivo y tener en cuenta las necesidades emocionales del Niño, así como las obligaciones y responsabilidades que nos corresponden como seres que comparten vida con otros.
Las creencias que heredamos de nuestros padres,maestros....etc,han de ser actualizadas por nuestra propia experiencia y de no ser así, repetiremos una y otra vez los mismos conflictos o problemas en nuestra vida.Es nuestro Adulto el que se encarga de extraer el conocimiento y la sabiduría de la vida,que serán los principios de nuestras creencias renovadas.Es entonces cuando nuestro Padre interno se vuelve más flexible y conciliador con las necesidades actuales de nuestro Niño.
Parte de nuestro bienestar interno,depende de que esta trinidad conviva en equilibrio y armonía.
Parte de nuestro bienestar interno,depende de que esta trinidad conviva en equilibrio y armonía.
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