Sentir La Unidad


Existe el modo profano de hablar, que consiste en hablar sobre las cosas. Y si uno se fija, se dará cuenta de que en el mundo occidental siempre hablamos sobre algo. Existe la palabra y luego el punto de referencia de la palabra, que siempre está separado de la palabra en sí. Y está claro que esto supone la base de prácticamente toda la lingüística moderna. 

Pero según Parménides y otros como él, existe otra manera de hablar. Esa manera consiste, en lugar de hablar sobre algo, en hablar desde algo. Si se siente la unidad, se habla desde la unidad; y esa unidad se comunica a través de la magia de la palabra, de un modo que le resulta incomprensible a la mente pero que le obsesiona y fascina sin fin. Porque esos griegos eran magos. Los fundadores de la lógica y la ciencia del Occidente eran hechiceros. Sabían perfectamente lo que estaban haciendo, aún si hoy en día nadie entiende lo que hicieron. 

Y esta cuestión de como hablamos también tiene relación con como descubrimos. En el Occidente moderno estamos dominados, regidos por la presunción de que las cosas se descubre con el tiempo.Buscando,experimentando, eventualmente, poco apoco,se puede descubrir la naturaleza de la realidad,. Este modelo profano del descubrimiento se estableció en el Occidente hace muchos siglos. Y ha resultado, catastróficamente, en un distanciamiento de nosotros mismos y de todo lo demás. Pasamos así la vida buscando soluciones para no descubrir sino más problemas; buscándonos a nosotros mismos sin nunca encontrarnos;buscando respuestas donde esperamos suponemos encontrarlas, mientras desoímos la sabiduría que se nos comunica por todas partes.

El modelo esotérico se basa en un principio completamente distinto: en el principio de que uno simplemente tiene que descubrir que todo ya se encuentra ahí desde el principio. Ya está ahí todo porque se nos ha dado todo. Todo lo que necesitamos saber se nos otorga automáticamente en el momento en el que lo necesitamos saber. Sólo existe un único requisito para poder entramar una relación viviente con este modelo sagrado: la capacidad de abrirse a lo inesperado y lo desconocido.Peter Kingsley