Tomarse una taza de té
es una cosa muy profunda.
Katagiri Roshi
Este Té empezó siendo unos brotes que crecían en arbustos de una isla del Océano Indico,y allí fue cuidado y cosechado por trabajadores cuyas imágenes puedo representarme y cuya cultura e idioma son ricos y fascinantes.Fue transportado en camión a un puerto,estibado en un barco,y navegó a través del Océano Pacifico hasta llegar a los Angeles.De allí fue transportado en camión hasta la fabrica,donde mezclado,puesto en bolsitas, y las bolsitas en cajas.Hizo tres viajes más en camión hasta llegar a la tienda donde lo compré.Este té me vincula directamente con centenares de personas,e indirectamente con la totalidad de la vida.
El agua de esta taza ha existido desde la totalidad de la tierra,hace unos cuatro mil quinientos millones de años.Una y otra vez,incontables veces,esta agua ha seguido el ciclo de evaporación,formación de nubes,lluvia o nieve,llenar los lagos, ríos,arroyos y campos de nieve,incorporarse a los organismos de las plantas y los animales,y volver siempre a los mares.En esta misma taza existen 200.000 moléculas de agua que estuvieron en un momento dado en el cuerpo de todos los seres humanos adultos que han existido.Billones de estas moléculas que bebo han residido en el cuerpo de cada persona en algún momento de su vida.Una parte de esta agua que entra a mi en el cuerpo ha pasado por el cuerpo de todas las plantas,todos los animales y todos los seres humanos que han vivido jamás.Este té me vincula físicamente con toda la vida.
La energía que calentó este Té llegó a través de cables de metal conectados con una central térmica que funciona a base de quemar derivados del petroleo,que se extrajo de debajo de las arenas de un país que está en el otro extremo del mundo,se cargó en un petrolero y llegó navegando a California.La energía acumulada en ese petroleo llegó a la tierra en forma de luz del sol,fue atrapada hace millones de años por plantas y animales microscópicos y quedó enterrada por fin bajo lo que hoy se llama Arabia Saudí,donde se conservó para calentar mi taza de té de la mañana tantos años después.Yo me caliento las manos con ese calor.
Cuando bebo el té,llevo a cabo un ritual de la humanidad que se remonta a más de un millón de años,hasta la época en que la gente dominó el fuego,vinculándome así a todos los hombres y mujeres que se han calentado con una bebida caliente.
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