Puesto que el Tao es el Todo y no hay nada fuera de él,
Puesto que su multiplicidad y unidad son idénticas
Cuando un ser finito se desprende de la ilusión de una existencia separada
no se pierde en el Tao.
Al arrojar sus límites imaginarios se vuelve inconmensurable,
sumerge el finito en el infinito y
aunque sólo permanezca en el finito,
lejos de quedar disminuido
asume la estatura del infinito.
La mente del que vuelve a la Fuente se convierte con ello en la Fuente.
Tu propia mente está destinada a convertirse en el mismo Universo.
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