MATEMATICAS Y NATURALEZA



El origen de las matemáticas se encuentra en la naturaleza. Fue gracias a la observación del entorno que se desarrolló dicha ciencia. Y aunque a veces podamos olvidar esta relación frecuentemente la naturaleza misma se encarga de recordárnosla.

Esta vez son las flores quienes nos hacen ver la perfección matemática que, como una corriente subterránea y secreta, se esconde en muchos de sus diseños: patrones que se corresponden con uno de los conceptos matemáticos más apasionantes, la secuencia de Fibonacci.

Leonardo de Pisa descubrió en el siglo XIIIesta secuencia numérica que inicia en 0 y 1 y a partir de entonces cada número resulta de la suma de los dos anteriores. Desde entonces la serie de Fibonacci se ha utilizado en música, arquitectura, pintura y otras artes, imitando el armónico efecto que se manifiesta en diseños naturales como caracolas, galaxias y, en este caso, flores.

“La naturaleza ama ocultarse”, decía Heráclito, y presenciar el ombligo geométrico de las flores nos sugiere que las matemáticas, en un afán fractal, se ocultan en la naturaleza misma.

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