Las cosas tienen que ser comprendidas y transformadas por nosotros.
¿Transformadas?
Sí, porque nuestra tarea es esa:
impregnarnos de esta tierra provisional y caduca
tan profundamente, tan dolientemente, tan apasionadamente,
tan profundamente, tan dolientemente, tan apasionadamente,
que su esencia resurja otra vez en nosotros, invisible.
Somos las abejas de lo invisible.
Libamos desesperadamente la miel de lo visible
para acumularla en la gran colmena de oro de lo Invisible.
Reiner María Rilke
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