Por encima de todo, no te mientas a ti mismo.
El hombre que se miente a sí mismo y escucha su propia mentira
llega a un punto que no puede distinguir la verdad en su interior, o en torno a él,
y así pierde todo el respeto por sí mismo y por los demás.
Y sin poder distinguir deja de amar.
Fyodor Dostoyevsky
Excelente reflexión. saludos.
ResponderEliminarGracias por tu presencia Teresa.Recibe un abrazo
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