¡Cuánto tiempo dura mi viaje, y qué largo es mi camino!
Salí en la carroza del primer albor, y caminé a través de los desiertos de los
mundos, dejando mi rastro por las estrellas infinitas.
La ruta más larga es la que sale más pronto a ti, y la más complicada enseñanza no
lleva sino a la perfecta sencillez de una melodía.
El viajero tiene que llamar, una tras otra, a todas las puertas extrañas para llegar a
la suya; ha de vagar por todos los mundos de afuera, si quiere llegar al fin a su
santuario interior.
Mis ojos erraron por todos los confines antes de que yo los cerrara diciendo: "Aquí
estás". Y el grito y la pregunta: "¡Ay!, ¿dónde?", se derriten en las lágrimas de mil
raudales y ahogan el mundo con el desbordamiento de su "¡Yo soy!".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.