Vosotros no venís aquí a cantar una nota cualquiera.Venis aquí a cantar vuestra nota.No es una naderia es algo hermosísimo.El tener una nota,quiero decir;una nota toda para uno mismo.Reconocerla entre millares,y llevársela consigo mismo,dentro,y encima.Podeis no creerme pero yo os digo que ella respira cuando vosotros respirais,os espera mientras dormís,os sigue a donde quiera que vayáis y juro que no os abandonará hasta que os decidáis a palmarla,y entonces la palmará con vosotros.Podéis llegar hacer como si no pasara nada,podeis venir hasta aquí y decirme:querido Pekisch,lo siento,pero creo que no tengo ninguna nota dentro,y marcharos,simplemente marcharos...pero la verdad es que esa nota está ahí,pero vosotros no queréis escucharla.

Y eso es una idiotez,es una obra maestra de la idiotez,de verdad,una idiotez como la copa de un pino.Uno tiene su nota,que es la suya,y la deja marchitarse en su interior...no...escuchadme con atención...aunque la vida haga un ruido infernal,aguzad los oidos hasta que llegueis a escucharla y entonces aferradla,no la dejeis escapar.Llevaosla con vosotros,repetiosla cuando trabajeis,cantaosla en la cabeza,dejad que os suene en los oídos,y debajo de la lengua,y en la punta de los dedos.Y si hace falta en los pies.

Alessandro Baricco -Tierras de Cristal-