No sé si es la vida la que se empeña en ponerme a prueba
o soy yo misma la que provoco algunas situaciones para probarme.
Estoy casi convencida de que es lo segundo.
Lo cierto,es que con mucha frecuencia,he de aceptar la lejanía de lo que más amo
y no me refiero a las cosas,sino a las personas.
Siempre digo,que si es lo mejor para el otro,yo contenta,
pero no dejo de sentir cierto vértigo ante el vacío que deja la ausencia de un ser querido,
vacío al que me lanzo como una kamikaze,
 con la certeza de que hay vida después de esta muerte.
Gea