Hokusai
Anécdotas del monje "loco" japonés, Ikkyu
1-2-1395 al 12-12-1481
Uno de los monjes del templo hacía un dulce delicioso, codiciado por los alumnos entre los cuales estaba Ikkyu. Para que no lo consumieran, el monje dijo en una ocasión que el dulce estaba envenenado, y se ausentó.
Ikkyu entonces rompió una de las escudillas de cerámica del monje, y enseguida se fue a la despensa a comer dulce.
Cuando el monje volvió, Ikkyu, repleto, le dijo que había roto la escudilla y que entonces había resuelto quitarse la vida, para lo cual había comido un poco de dulce. Pero no había muerto, por lo que decidió seguir comiendo en busca de la muerte, pero sólo había encontrado el hartazgo.
En otra ocasión, uno de sus compañeros rompió la taza de té preferida por el maestro. Acudió a Ikkyu buscando apoyo.
–No te preocupes – le dijo éste.
Cuando llegó el maestro, Ikkyu le hizo una pregunta sobre la impermanencia de las cosas. La respuesta fue un amplio sermón sobre el surgimiento, el madurar y el morir y desintegrarse. Ikkyu entonces le mostró los restos de su amada taza, diciendo:
–A su taza le llegó el tiempo de morir y desintegrarse, Maestro.
La fama de Ikkyu aún niño llegó a oídos del Shogun, quien le mandó llamar. Una vez en su residencia, El Shogun le mostró un biombo con un tigre pintado, y dándole una cuerda, le pidió que lo enlazara. Ikkyu le respondió:
–Lo haré tan pronto como su Señoría lo saque del biombo al jardín.