Hoy,fui invitada a un aula creativa.
Observando aquellas personas realizar sus trabajos,
fui testigo de lo siguiente:
En un grupo de unas doce personas,había una que llamó poderosamente mi atención
porque a diferencia de las demás,estaba totalmente absorbida en su labor,
no era sólo una atención mental,sino que todo su ser estaba implicado;
el fuego creador se manifestaba en sus mejillas
y parecía poseída por una voz que solo ella oía...
De vez en cuando,hacia una pausa como hacen los rastreadores
buscando indicios de su objetivo
y reiniciaba su labor con la urgencia de quien persigue
señales de humo y teme que se desvanezcan.
¡Qué hermosa entrega la de poner alma en lo que hacemos!
Gea