Dejad que hile el gusano de seda.
No toquéis el brote reciente.
No silbéis cuando las grullas emigrantes buscan una comarca hospitalaria.
No grabéis vuestro nombre en la tierna corteza del árbol
cuando la savia primaveral pugna por alcanzar la copa.
No saltéis dentro de la barca que ya lleva su carga.
Dejad que la nieve cubra el musgo que debe reverdecer
Chevalier de Jaucourt