También hemos traicionado al agua.
La lluvia no se reparte para eso,
el río no corre para eso,
el charco no se detiene para eso,
el mar no es presencia para eso.
Otra vez hemos perdido el mensaje,
las vocales abiertas
del lenguaje del agua,
su inaudita transparencia palpable.
Ni siquiera supimos
beber la transparencia.
Beber algo es aprenderlo.
Y aprender la transparencia es el comienzo
de aprender lo invisible.
Roberto Juarroz